Roma, la ciudad de la que escuchamos hablar desde primero de primaria y que nos cautivó con la leyenda de Rómulo y Remo. La ciudad que traicionó a Jesús y que  luego se convirtió en casa de su doctrina; la ciudad que creó el Derecho como hoy lo conocemos y que le dio entretenimiento a su pueblo como ninguna civilización ha visto jamás. La ciudad que conquistó al mundo occidental y que determinó la forma en la que vivimos en nuestros días.

Roma, la ciudad que sigue conquistando a millones de viajeros con sus callejones, su vibra, su historia y sus leyendas, es la ciudad de la que les quiero platicar hoy.

Nunca antes había estado en una ciudad en la que cada esquina tiene una historia que contar; en la que cada templo es más bonito que el anterior y en la que ninguna atracción decepciona. Roma nos conquistó y con esta guía, pretendo que también los conquiste a ustedes. Así que los invito a seguir leyendo para descubrir cómo sacarle el mejor provecho a Roma en tan solo cuatro días.

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Día 1

(Plaza del Pópolo, Plaza España y Fontana di Trevi)

Después de un vuelo retrasado, aterrizamos en Roma alrededor de las 3:00 de la tarde. Nos hospedamos en el hotel, Casa 901, un hotel boutique localizado a diez minutos caminando del Vaticano y a quince minutos caminando de Plaza del Pópolo. Recomendamos este hotel al cien por ciento si se desea llegar a un lugar relajado, limpio y a buen precio.

Como llegamos un poco tarde y en Europa todo lo cierran temprano, decidimos pasar el resto del día caminando por una de las zonas más turísticas de Roma: Plaza del Pópolo, Vía del Corso, Escalinata española y Fontana de Trevi. Pero claro, primero comimos algo. Decidimos ir a un lugar que nos recomendaron en el hotel y en Alan x el Mundo, que se llama Gusto.

Ahí pedimos una pizza pero, para nuestra sorpresa, no estabatan tan rica como lo esperábamos. Y además era cuadrada… nada tradicional. Al parecer, lo bueno de ahí son los platos fuertes, sin embargo, como llegamos una hora antes del aperitivo, lo único que servían era pizza. (*Nota importante: en Italia, la mayoría de los restaurantes cierran de 3:00 a 6:00 pm o de 4:00 a 6:00 pm, para preparar los aperitivos. Si les da hambre a esa hora, pocas opciones van a encontrar).

A pesar de que la pizza era cuadrada y de sabor bastante normal, sí disfrutamos de una deliciosa copa de vino al aire libre, cosa que en Dubai no se puede hacer salvo que estés en un Bar o Restaurante con licencia para vender alcohol. Las cosas pequeñas se disfrutan más cuando se lleva tanto tiempo sin ellas.

Ya comidos, nos fuimos rumbo a la famosa escalinata española, en donde nos sentamos disfrutando el tiramisú más rico de Roma: Pompi. Enserio, así se llama y es el tiramisú más rico que me he comido. Una de sus sucursales está en Via della Croce, a escasas cuadras de los escalones españoles.

Después de haber comido el tiramisú, subimos la escalinata y entramos a la Iglesia que está hasta arriba. ¡Muy recomendable entrar! De ahí, nos fuimos caminando a la Fontana di Trevi.

Ninguna foto, ni video ni película le podrá hacer justica a esta imponente y hermosísima obra de arte. 

Fuente de Trevi

La espectacular Fontana di Trevi, diseñada por Nicola Salvi y terminada por Giovanni Pannini

En la noche no hay tanta gente como durante el día, así que les recomiendo ir de noche o muy temprano en la mañana para que puedan sentarse y disfrutar de su vista y del sonido del agua. Además, de noche les toca con la iluminación arquitectónica, lo cual hace que la fuente luzca espectacular.

Una vez habiendo admirado la Fontana de Trevi, decidimos entrar a la Iglesia que está justo enfrente. Nos tocó suerte y presenciamos un concierto de ópera gratis. ¿Se imaginan? ¿En una Iglesia de cientos de años de antiguedad? Por eso es importante que entren a cada Iglesia con la que se topen, porque nunca saben las sorpresas que se van a encontrar.

Día 2

(Basílica de San Pedro, Museos del Vaticano, atardecer en la Piazza del Campidoglio, Vía del Corso)

Al día siguiente, nos levantamos muy temprano y nos fuimos al Vaticano, pero antes pasamos a desayunar a la Cafetería Lepanto, ubicada a una cuadra del hotel, justo enfrente de la estación de metro de Lepanto. Esta cafetería fue el lugar en el que decidimos desayunar todos los días. Por menos de seis euros, cada uno disfrutó del típico desayuno italiano: pan con café. Yo pedí todos los días un croissant relleno de crema pastelera y mi esposo un croissant de chocolate, acompañado de un delicioso capuccino. El último día le agregamos un panini cada quien.

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Son este tipo de restaurantes las que no deben faltar en su viaje, pues los lugares concurridos por los locales del lugar son (normalmente) los más buenos y auténticos, regalándoles una verdadera experiencia de la cultura urbana de la ciudad.

Con la panza llena, nos dirigimos a la Basílica de San Pedro, la Iglesia Católica más grande del mundo (dato curioso: contrario a lo que muchos piensan, esta Basílica no es la Catedral de Roma. La Catedral de Roma es la Iglesia de San Juan de Letrán).

No se necesita boleto para entrar a la Basílica de San Pedro, pero hay que llegar temprano porque porque las filas pueden durar hasta dos horas. Nosotros estuvimos ahí a las 7:30 am y duramos tan solo viente minutos en entrar. Además,  casi no hay gente a esa hora lo que nos permitió tener una vista limpia de la Basílica y sacar fotos increíbles.

Vaticano

El Vaticano prácticamente para nosotros

La imponente escultura de San Pedro sosteniendo una llave, con la Basílica detrás.

Lo primero que hicimos al entrar fue comprar los boletos para subir a la Cúpula de San Pedro. Hay dos opciones: subir 550 escalones caminando o subir la mitad y a pie y la mitad en elevador. Nosotros decidimos pagar 8 Euros y tomar la segunda opción. La primera opción cuesta 6 Euros.

La cúpula diseñada por Miguel Ángel es toda una obra de arte, y estar dentro de ella invita a imaginarse cómo lograron hacer algo tan perfecto hace más de quinientos años. No por nada la cúpula de San Pedro ha inspirado cientos de cúpulas alrededor del mundo y al día de hoy, sigue siendo una de las obras arquitectónicas más famosas de la historia.

Vista de la cúpula desde los Museos del Vaticano

Después de admirar los murales y la estructura de la cúpula en su interior, continuamos el trayecto y subimos a la parte exterior, desde donde se puede ver la Plaza de San Pedro y la residencia del Papa. De hecho, ¡tuvimos la suerte de ver al Papa Francisco salir de su casa y subirse a su coche! Claro, bastante lejos, pero lo que cuenta es que lo vimos.

Terminamos el recorrido de la cúpula justo a tiempo para continuar a las 11:30 am con la visita a los museos del Vaticano. Los boletos para ingresar se pueden comprar ahí o en línea. Recomiendo comprarlos en línea aquí y con días de anticipación (en temporada alta, incluso semanas), pues si se esperan a comprarlos en la taquilla del museo, durarán horas en entrar.

Los museos del Vaticano contienen una gran colección de bustos y esculturas de ciudadanos romanos. Uno no puede evitar preguntarse quiénes fueron estas personas y cómo era su vida en aquella época.

Los museos del Vaticano, fundados por el Papa Julio II a inicios del S. XVI, son una visita obligada cuando se va a Roma, ya que resguarda una de las colecciones de arte más grandes del mundo. En estos museos podrán ver obras de Bernini, Puccini, Rafael y cientos de reconocidos artistas de la antiguedad. Pero la obra maestra de los museos es la Capilla Sixtina, de Miguel Ángel.

Uno escucha mucho hablar de esta gran obra de arte, pero no es hasta que se ve en vivo que se puede apreciar su valor artístico y religioso. Y es que su importancia no viene solo de la perfección que Miguel Ángel alcanzó con cada pincelada, sino de la representación que el artista hizo del antiguo y nuevo testamento. Nadie en la historia de la humanidad ha logrado comprender y transmitir el mensaje bíblico con tal precisión y belleza como Miguel Ángel. Y por si estos datos no fueran lo suficientemente sorprendentes, tenía tan solo 33 años cuando comenzó a pintar la capilla.

Tomar fotos de la Capilla Sixtina está prohibido, pero aquí les dejo esta increíble foto del pabellón de mapas de los museos.

Las obras de arte también están en los techos del museo.

Exhaustos de tanto caminar y hambrientos, saliendo de los museos del Vaticano pasamos a comer una pasta carbonara a Velavevodetto, un restaurante cercano al Vaticano. Después de comer, decidimos que valía la pena descansar un poco en el hotel antes de continuar con el resto de la tarde.

Ya con la pila recargada, regresamos a Plaza del Pópolo y nos compramos un gelatto en Fatamorgana, la mejor gelatería de Roma. Después nos fuimos caminando a la colina del Campidoglio para ver el atardecer. El mirador se llena bastante y es difícil encontrar un buen lugar para admirarlo y tomar una buena foto, pero si se está por la zona, vale la pena a ir a verlo.

Este activo día terminó en Shaki, uno de los cientos de restaurantes que están alrededor de Plaza del Pópolo, en donde yo pedí el aperitivo (que consiste en pagar una bebida y comer por el mismo precio) y mi esposo una deliciosa y tradicional lasagna. Nos topamos con este lugar mientras explorábamos los cientos de callejones que están entre Plaza del Pópolo y los escalones españoles.

Roma es para caminar y disfrutar de sus calles sin prisa. Así que dense un tiempo para comer en calma y caminar sin prisas.

Día 3

(Coliseo, Monte Palatino, Foro Romano, Museos Capitalinos y Panteón)

Otro activo día nos esperaba en el día número tres. Despué de desayanuar en Cafetería Lepanto, nos fuimos rumbo al Coliseo, una de las atracciones más importantes de todo Roma. Llegamos ahí a las 8:30 para comenzar el tour a las 9:00 am, que incluiría el Coliseo, Monte Palatino y Foro Romano.

De nueva cuenta, ninguna foto ni descripción que les de de este lugar le podrá hacer justicia. Salir de la estación del metro y que el Coliseo sea lo primero que se ve, es espectacular.

Originalmente, el Coliseo estaba tapizado en mármol, el cual fue usado después para construir el Vaticano, Iglesias y Palacios.

El tour lo contratamos con Walks of Italy y lo recomendamos ampliamente, pues no solo el recorrido fue súper informativo, sino  que además entramos al Coliseo por la puerta que usaban los gladiadores para entrar. Empezar mejor el tour, imposible.

El recorrido por el Coliseo le deja la boca abierta a cualquiera. Estar en el lugar en donde se celebraban batallas de barcos y duelos entre animales exóticos y gladiadores, es surreal. A cualquiera le deja la boca abierta estar en el lugar en el que las formas más exóticas de entretenimiento tuvieron lugar.

Los Romanos fueron responsables de llevar a la extinción a varios animales, debido a que la gran mayoría se morían en el traslado al Coliseo.

Duespués de salir del Coliseo y pensando que ya nada nos podía sorprender, nos dirigimos al monte palatino y a las extraordinarias ruinas del Foro Romano. En definitiva, estábamos muy equivocados cuando pensamos que nada podía igualar la grandeza del Coliseo.

En el Foro Romano se encuentran las ruinas de la primera corte de justicia del mundo, el lugar donde Julio César fue cremado, el Senado de la antigua Roma, y decenas de templos, palacios y tiendas que en su época más gloriosa, pintaban de blanco el paisaje de la ciudad de Roma. Lo que ahora queda son solo restos en piedra, pues el mármol de la antigua Roma fue utilizado para construir el Vaticano, Iglesias y palacios. Por eso a Roma se le conoce como una ciudad reciclada.

Una vez que terminamos el tour, la siguiente parada fueron los Museos Capitalinos, en donde se encuentra la escultura que representa la leyenda más famosa de Roma: la loba amamantando a Rómulo y Remo. Aquí también están los restos de la escultura gigante de Constantino, quien fuera el primer Emperador cristiano de Roma y quien trasladó la capital del Imperio Romano a Constantinopla, hoy Estambul en Turquía.

Dunas y Palmeras

La escultura es tan grande, que lo más probable es que a simple vista ¡no vean que estoy ahí!

Caminar desde el Foro Romano hasta los Museos Capitalinos vale la pena, porque en el trayecto se cruzarán con cientos de ruinas del antiguo imperio Romano.

Salimos hambrientos de los museos capitalinos y además con un dolor de pies tremendo. Pero decidimos aguantar y caminar hasta Bafetto, una de las pizzerías más famosas de Roma. Leí que normalmente está lleno y entre 3:30 y 4:00 pm se quedan sin pizzas. Sin embargo, nos tocó suerte y sí encontramos lugar.

Fue la mejor pizza que comimos en Roma y definitivamente la mejor pizza que hemos comido. De hecho, nos gustó tanto que regresamos al siguiente día y ya estaba cerrado.

Como siempre sucede, la comida nos recargó las pilas para continuar nuestro recorrido al monumento mejor conservado de la antigua Roma: el Panteón de Agripa.

Para sacarle más provecho al Panteón de Agrupa, aquí encontrarás una visita guiada en español.

Esta impresionante obra de ingeniería y arquitectura en donde actualmente se encuentra enterrado Rafael, fue mandada hacer por Adriano entre los años 118 y 1125 d.C. Que sea tan antiguo lo hace aún más sorprendente, ya que la perfección alcanzada con el domo es irreal.

El Panteón es ahora una Iglesia Católica.

Después de visitar el Panteón, decidimos cerrar el día de la forma más típica cuando se es turista: sentados en una de las decenas de terrazas frente al panteón tomando una copa de vino y escuchando a un cantante callejero de ópera.

Te recomiendo este tour en español por el Coliseo, Foro y Monte Palatino

Día 4

(Villa Borguese y Trastevere)

Y llegamos al último día en Roma, que empezó (como siempre), con un desayuno en Bar Lepanto. De ahí, nuestra intención era irnos caminando hasta Galleria Borguese, una de las galerías de arte imprescindibles de Roma. Sin embargo, nuestros pies ya no daban para más y en Plaza del Pópolo dedicimos tomar un taxi, no sin antes pasar por nuestro gelato favorito, Fatamorgana.

Llegamos a Galleria Borguese a las 11:00 am, ya que a esa hora teníamos reservados los boletos para entrar. De nueva cuenta, para visitar este lugar les recomiendo comprar los boletos con anticipación para ahorrarse las filas y por ende, ahorrarse tiempo.

En esta galería encontrarán la escultura más importante de Bernini y la que se ha convertido en mi escultura favorita: El Rapto de Proserpina, la cual alcanza tanto detalle que parece que en cualquier momento las dos personas esculpidas van a salir corriendo del museo.

La Galleria Borguese está ubicada en un parque que vale la pena disfrutar. Así que saliendo del museo, nos pasamos al parque a disfrutar del buen clima que hacía. Nos acostamos en el pasto y disfrutamos de un descanso en uno de los parques más famosos de Roma mientras un artista callejero animaba el momento con su acordeón.

No sé si es porque estábamos exhaustos o porque extrañábamos los árboles y el pasto (recuerden que vivimos en el desierto y real, estas cosas se extrañan), o porque el día era perfecto, o simplemente porque estábamos en Roma; pero este momento fue de mis favoritos en el viaje.

Después de descansar, regresamos al centro histórico para comernos una pizza de Bafetto. Pero como les dije, ya estaba cerrado, así que comimos en una pizzería a una cuadra de Bafetto, que se llama La Montecarlo. También estaba muy buena.

De ahí nos fuimos caminando a la que se supone es la cafetería más famosa de Roma: Cafetería San Eustaquio. Y bueno, se ve que es la más famosa. Hay fila para entrar y cuando uno por fin entra, se sorprende de ver que es un local pequeñito y auténticamente italiano. El capuccino que pedí estaba tan rico que nisiquiera le puse azúcar (y yo a todo le pongo azúcar). Acompañamos nuestros cafés con un delicioso pan dulce.

Y finalmente, para cerrar el día, pasamos la tarde en Trastevere, uno de los barrios “de moda” de Roma, concurrido principalmente por estudiantes, artistas, bohemios y hippies. Las calles están llenas de entretenimiento callejero, tiendas de ropa, antigüedades, artículos de piel, y restaurantes, por lo que recorrer Trastevere caminando es necesario.

Y si quieren tener más dosis de arte sacro, no se pierdan la Iglesia de Santa María Trastevere, una Iglesia tan hermosa que si estuviera en México sería la más famosa, pero como está en Roma, es simplemente una más.

Nos tocó en renovación y por lo tanto estaba bastante oscura, pero pagando un euro en una maquinita, la iluminación se activa por tres minutos.

Y para finalizar, les dejo estos tips y recomendaciones que hay que tener en mente al visitar Roma.

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Tips y recomendaciones

  • No comprar botellas de agua, sino un termo y rellenarlo con agua de las miles de fuentes de Roma.
  • Evítate las filas comprando con anticipación los boletos de los museos.
  • Evita comer en restaurantes con menús turísticos. Asegúrense de preguntarle a la gente local cuáles son las mejores opciones.
  • Los gelatos más ricos son los menos atractivos a la vista. Entre más coloridos y galigoreados estén, más artificiales te van a saber.
  • Entrar a cada Iglesia que se encuentren. ¡Es gratis y ninguna decepciona!

Y bueno, creo que esta se ha convertido en la entrada más larga que he escrito… pero es que resumir Roma es imposible.

Espero que esta guía les sirva para su viaje y no duden de dejarme sus comentarios, dudas y recomendaciones aquí abajo.

¡Gracias por leerme y hasta la próxima!

DyP